La visión a futuro, dinamismo y sensibilidad de un joven egresado escolar alemán, de paso por el Perú, ha dado un excepcional fruto en el Cono Sur. Con los fondos para sus estudios, ha abierto una pizzería de primera, con ingredientes novedosos como el charqui y la anchoveta, en una zona populosa, a fin de asegurar el futuro educativo de humilde jóvenes.
“La confianza que han puesto en mi me ha empujado a tener fe en mis acciones. Agradezco al Perú por permitirme hacer este proyecto de corazón, que para algunos parece locura, pero ya está empezado y seguiremos”, afirma con una expresión casi inocente en su rostro, Fabián Weingart, muchacho de 20 años y 1.95 metros de estatura, con un castellano casi claro, que le ha posibilitado hacer muchos amigos, conocer el ceviche y encaminar sus inquietudes juveniles a algo que dará que hablar.
Fabián vino hace tres años al Perú, y por referencia de un sacerdote paisano suyo, conoció un hogar de niños huérfanos en Lurín donde pasó solo un mes, pero que despertó su sensibilidad de hacer algo más. Dos años después, en el 2006, apenas culminado sus estudios escolares y cuando le correspondía su servicio social decidió que debía ser en suelo peruano, lo que sorprendió a sus padres y maestros.
Es así como, el joven católico a sus 19 años se mudó al populoso barrio limeño de Tablada de Lurín (Villa María del Triunfo), donde entre otras acciones compartió carretillas con obreros, para hacer un campanario y después con sus propias manos una gran cruz para la Parroquia San Francisco de Asís.
Pero eso no era todo, veía la inquietud de niños y otros jóvenes como él, y una preparación escolar a veces trunca o insuficiente y decidió ayudar, con una obra que no signifique caridad, dijo, sino que permita un trato de igual a igual. Pensó en una pizzería ambulante, al paso y terminó abriendo un singular centro de pastas y pizzas llamado hoy “Pizzería alemana”, a pocos metros del Hospital María Auxiliadora.
“Esta pizzería debe ser como una piedra que al caer en un lago forma ondas. Yo deseo que estas ondas sean cada vez más grandes y no se acaben, para seguir vivos con este proyecto”, afirma.
Aunque algunos ya la llaman “la pizzería con corazón”, Fabián prefiere la frase de Pizzería de “Estudiantes por estudiantes”, pues nació de un estudiante para ayudar a otros similares.
“El estudio es la llave para avanzar, genera iniciativa, poder de crítica y análisis, y permite total independencia. Si invertimos en niños y jóvenes, aseguramos el futuro de ellos y de todos, porque mas gente profesional se multiplicará y generará desarrollo en el Perú”, expresa.
Este soñador muchacho, quiere acortar la brecha de estudios de los estudiantes peruanos y europeos y dice que con esfuerzo es posible. La obra la dirigirá personalmente hasta agosto, mes en que parte a su patria para iniciar estudios universitarios de Negocios Internacionales, a fin de continuar sirviendo, aunque alejado de papeles políticos, aclara sonriente. “Le dejaré la conducción de este negocio a mis amigos peruanos”, sostiene.
Actualmente ha programado talleres con niños escolares de barrios del cono sur, a quienes lleva a la pizzería, para que los pequeños aprendan el preparado, hagan su propia pizza, se la coman y se motiven a generarse en el futuro una empresa. “Quiero que los niños desarrollen diversas iniciativas al interactuar con este proyecto social y de repente tengo un semillero de maestro pizzeros”, afirma sonriente el joven alemán.
Fabián ha ubicado la pizzería en una zona populosa, para dar a conocer que la calidad no es facultad del dinero y que hay necesidad de formar a niños y jóvenes a estandarizar las cosas bien hechas. “Hacer las cosas bien posibilita resultados buenos y te permite sentirte mejor”, afirma.
Por eso ha abierto una pizzería A1 con productos de calidad, y contando con ideas de sus colaboradores peruanos ha creado las pizzas con charqui, atún o anchoveta, además de las ya conocidas, al igual que ricas pastas como los ravioles a lo Alfredo con jamón serrano y champignones salteados en aceite de oliva; platos a precios módicos y de calidad en el paladar, que no tienen nada que envidiar al mejor restaurante de lujo.
El inquieto alemán se reúne permanentemente con sus trabajadores con quienes ha aprendido claramente la importancia del trabajo para sentirse mejor en la vida y destaca que “este no solo es un trabajo que les asegura su futuro, sino que tienen además el privilegio de hacer posible el futuro educativo de otras personas”, indica.
Por eso, hace un llamado a la comunidad para que lleguen hasta la PIZZERÍA ALEMANA donde no falta la cerveza alemana y el tradicional pisco sour, preparado por un profesor de diversas escuelas de hotelería, pero que al ingresar y compartir harán posible este proyecto social, culinario y educativo, por la superación educativa de terceras personas.
Fuente: RPP
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2 comentarios:
Estas son la cosas que verdaderamente necesita el mundo, gracias por ese Articulo de VIDA y AMOR. Bendiciones.
lamentablemente en peru este tipo de noticias no se pasan, es comun pues ver en los noticieros informaciones violentas que hacen que tengamos mas problemas de los que tenemos. Si los periodistas se dedicaran a darnos mas informacion de la buena, talvez este mundo seria un poquito diferente. Esta nota me ha hecho sentir un poco mas de confianza en las personas que ultimamente viven solo por vivir, sin disfrutar de lo que realmente es la vida. Tu blog me gusta mucho, siempre lo leo, y espero que nunca dejes de informanos con cosas tan lindas, te lo agradezco de corazon y que dios te bendiga siempre
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