28 abril 2007

Encender la Rejilla

Nuestro mundo ha entrado en un estado de caos. Esta tierra ya no puede soportar nuestros hábitos actuales. Ya no tiene los recursos para proveer suficiente aceite, madera o agua para mantenernos viviendo en este planeta.

Nos estamos esforzando por alimentar a millones de gentes alrededor del mundo. La pobreza extrema es desenfrenada, especialmente en los países “en desarrollo”. Las estadísticas actuales indican que en estos momentos un niño muere en extrema pobreza cada tres segundos. Ésta es otra realidad que nos sucederá a todos si elegimos no hacer nada por regenerar nuestro planeta. No podemos criar animales, granjas en tierra vacía y estéril, tierra llena de agentes contaminadores y que se desmineraliza más allá de un estado aprovechable. Hay que cambiar la orientación de la labranza de la vida animal y de la vegetación. Así como hace veinte años no podíamos saber que nos quedaríamos sin petróleo, muchos de ustedes no pueden imaginarse que nos quedemos sin alimentos. La madre tierra ya no puede filtrar nuestros agentes contaminadores. Se está asfixiando de muerte mientras que continuamos vertiendo solventes más y más tóxicos en su cuerpo.

Otra gran preocupación es que nuestros océanos están cambiando rápidamente: en algunos lugares se están calentando, en otros se están congelando debido a los casquetes polares que se están derritiendo.

Nuestro mundo está lleno de cólera y de guerra. Seres humanos combaten otros seres humanos, provocando destrucción de la tierra y millones de muertes en el nombre de las religiones y de la avaricia. Esta falta de respeto a la naturaleza y al prójimo está conduciendo a una hecatombe irreversible de este planeta.

Es por ello que este17 de julio del 2007 a las 11.11 horario de Greenwich, nos uniremos en una cruzada de oracion para restablecer el poder del amor de Dios entre nosotros. Al elegir participar definirá sus intenciones con el universo y se definirá también como ser humano que desea un cambio positivo para este planeta. Defínase y encienda un rayo de luz en su alma para que podamos ser reconocidos por el mundo, el universo y entre nosotros.

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