17 mayo 2007

Estudio sobre los ratones podría permitir elaborar una cura para la calvicie

La pérdida de cabello podría dejar de ser irreversible

La pérdida del cabello, que traumatiza a millones de personas en el mundo, podría dejar de ser irreversible y curarse gracias a un estudio sobre los ratones que señala por primera vez una solución basada en la genética.

Gracias a sus experimentos con ratones, científicos de la Universidad de Pennsylvania descubrieron que la piel de animales heridos puede regenerar rápidamente los folículos de los cuales crece cada pelo.

También identificaron un gen fundamental para el desarrollo normal del pelo, y pudieron estimular o detener el crecimiento del pelo fomentando o inhibiendo la actividad de las proteínas a un nivel molecular, permitiendo terapias suaves.

Los resultados asombraron a numerosos científicos, que durante mucho tiempo consideraron que los folículos pilosos de los mamíferos no se renovaban.

La cabeza del ser humano posee unos 100.000 de estos diminutos órganos generadores de cabello, y hasta ahora se creía que una vez que dejaban de funcionar, el cuero cabelludo estaba condenado a una gradual exposición.

Este estudio, publicado el miércoles por la revista británica Nature, también es asombroso porque reproduce resultados observados hace 50 años en conejos, ratones y seres humanos que fueron desechados masivamente en la época e ignorados desde entonces.

El dermatólogo George Cotsarelis, el principal autor de esta investigación, también fundó una compañía, Follica, que posee una tecnología registrada para desarrollar tratamientos destinados a la restauración del cabello.

La calvicie es una grave preocupación para millones de personas en el planeta.

En Estados Unidos los adultos que sufren de este problema llegan a gastar 1.000 millones de dólares anuales en remedios que en general son ineficaces, según la Administración Federal de Medicamentos.

En los experimentos realizados con ratones, los científicos descubrieron que sacar un trozo de epidermis de 1,0 a 2,5 centímetros de diámetro "despertaba grupos celulares" con la capacidad de generar nuevos folículos pilosos.

Una vez que la curación estaba terminada, la piel recuperaba su forma adulta normal.

"Los nuevos folículos crecieron, pasaron a través del ciclo del pelo, y más tarde fue imposible distinguirlos de los pelos vecinos", explicó Cheng-Ming Chuong, un patólogo de la Universidad de California del Sur, en un comentario que también fue publicado en Nature.

"Estos descubrimientos inesperados podrían modificar nuestra actual comprensión de la reparación y regeneración en los mamíferos adultos", afirmó, advirtiendo que la piel de los ratones y la de los seres humanos se cura de forma diferente.

Para descubrir lo que sucedía a un nivel molecular durante el proceso, Cotsarelis y su equipo utilizaron ratones en los cuales las células que generan pelos fueron identificadas genéticamente antes de que se infligiesen las heridas, para poder rastrearlas más tarde.

Chuong señaló que este estudio podría tener aplicaciones más amplias.

"La medicina regenerativa permitirá identificar poderes naturales de curación y marcará un cambio de la reparación a la regeneración", afirmó.

Fuente: afp


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