26 marzo 2008
Mantenerse delgada después de la dieta
Has hecho mil sacrificios y por fin te has quitado los kilos que te sobraban. ¿Qué haces ahora para no engordar? Simplemente, seguir cuidándote y aprender a disfrutar haciéndolo. Te decimos cómo.
No volver a engordar
Cuando un nutricionista o un endocrino te ponga una dieta, puedes hacerla hasta que hayas bajado el peso deseado o que te haya recomendado el especialista. Una persona tiene un peso adecuado en términos de salud cuando su índice de masa corporal está por debajo de 25. Alcanzar un IMC menor de 18,5 es peligroso.
Una vez que hayas adelgazado, debes tener cuidado tanto para no volver a engordar como para no obsesionarte y seguir adelgazando sin control. La clave, como dice Loles Vives, Bióloga y Master en Nutrición y Dietética, es seguir cuidándose, aunque ya no de forma tan restrictiva.
Según Loles, "Tu dieta debe sufrir un par de cambios: añadir a tu desayuno pan integral o cereales, y en las comidas y cenas incorporar unas 5 cucharadas soperas de arroz, pasta o 5 ó 6 cucharadas de legumbre cocida o incluso unos 150 gramos de patata cocida. Si ves que ganas peso o un día te das el gustazo de pasarte (es humano y debes hacerlo) entonces durante unos días debes seguir de nuevo la dieta."
"Pero lo dicho, hay que seguir cuidándose. Si vuelves a comer igual que antes o cometiendo los mismos errores nutricionales y vuelves a tomar alimentos excesivamente calóricos (ricos en azucares, grasas, etc.) volverás a engordar", añade Loles.
En resumen: para mantener un peso hay que cuidarse siempre. Pero no te deprimas, cuidarse no es sinónimo de pasarlo mal o tener que estar siempre muerta de hambre. Loles nos pone un ejemplo: "si dejas una casa abandonada sin limpiar durante tiempo se acumula mucho polvo y porquería. Necesitas hacer limpieza general a fondo durante varios días para quitarle toda la porquería (dieta), pero a partir de ahí si quieres que se mantenga limpia debes cuidarla e irle quitando el polvo a diario o con frecuencia. No puedes dejar que vuelva a amontonarse". Verte bien, poderte poner la ropa que quieras y sentirte ligera te compensará.
"Tienes que tener claro que la obesidad o sobrepeso es una enfermedad (o una dolencia) crónica y siempre hay que cuidarla", dice Loles.
Ejercicio: la mejor ayuda
Una de las armas más eficaces, baratas y divertidas que tienes para no engordar es hacer ejercicio. Si te mueves quemas calorías y mantienes siempre activo tu metabolismo, con lo cual puedes permitirte ser mucho más flexible con tu dieta. De hecho, si practicas actividades intensas de forma constante incluso puedes darte bastantes caprichos.
Si tienes claro que no quieres volver a engordar e incluso te gustaría bajar un poquito más de peso, lo mejor es que te apuntes a un gimnasio o contrates un entrenador personal. Haciendo todos los días una hora de ejercicio -que es lo normal para compensar las horas que pasas inactiva- puedes dejar de preocuparte por tu peso.
Por otra parte, después de adelgazar, hacer ejercicio te ayudará a poner en su sitio todo lo que se haya quedado fláccido y blando. No hay otra forma aparte de la cirugía.
¿Qué tipo de ejercicio debes hacer?
Si tienes problemas de sobrepeso: empieza con clases de tonificación o camina todos los días, eso te ayudará a aumentar el ritmo de tu metabolismo.
Si sólo te sobran algunos kilos: debes hacer, sobre todo, ejercicio aeróbico de intensidad moderada durante al menos 40 minutos y, si puedes, todos los días. Por ejemplo: aeróbic, body combat, jogging, pádel, capoeira, natación, etc.
Si estás en tu peso: cualquier tipo de actividad física, combinando ejercicio aeróbico con tonificación.
Estoy en la menopausia
Desgraciadamente, en la edad madura las hormonas se ponen en contra de nosotras. Cuando llega la menopausia cuesta mucho más adelgazar, incluso parece que todo nos engorda. Aunque comas muy poco no consigues adelgazar o tienes que estar constantemente a dieta.
Si éste es tu caso, debes hacer lo siguiente:
Eliminar el consumo de alimentos ricos en azúcares.
Restringir las féculas: pasta, patatas, arroz, pan, legumbres.
Olvidarte del alcohol, limitándote a una copa de vino o cerveza de vez en cuando.
Aumentar el consumo de verduras pero controlar el de frutas, demasiado ricas en azúcares simples.
Empezar a cocinar con poca sal, ya que favorece la retención de líquidos.
Pero no todo tienen que ser restricciones e inconvenientes, si haces del ejercicio un hábito diario podrás controlar el peso con facilidad. La clave está en no abandonarse nunca a una vida sedentaria.
Otro consejo útil es mantenerte lo más activa que puedas en tu vida diaria, eso te hará estar entretenida, no pensar en comer y quemar más calorías. Si eres muy nerviosa y comes por impulsos, nadar, hacer tai chi o body balance te ayudará a controlar tu cuerpo y tu mente.
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